Pudiera
afirmarse que el sistema político estadounidense es uno de los que posee mayor
solidez democrática en cuanto al funcionamiento de los equilibrios
institucionales tendientes a la operacionalización de los “checks and balances” (pesos y contrapesos) y, por consiguiente, de
un marcado control del poder político mediante mecanismos del poder eo ipso; no obstante, es menester
destacar que la democracia en tanto régimen político es un producto inacabado
que debe adaptarse a las peculiaridades del espacio social en cuestión.
Ello, a su vez, nos lleva a recalcar
la idea según la cual la democracia no implica un estadio sociopolítico final
que alcanzado se muestra inmutable e idílico. La política democrática es
inescindible de los conflictos sociales que puedan emerger de los intereses
atinentes a los distintos sujetos y grupos sociales que constituyen. Por
ello, la negación de lo conflictual
puede considerarse como una negación de la democracia en sí, de acuerdo con lo
propuesto por Chantal Mouffe.