Los derechos humanos constituyen
y representan una manifestación socio-jurídico-política que se caracteriza fundamentalmente
por centrar al sujeto en cuanto a tal en los diversos contextos y
circunstancialidades en los cuales este se halla inmerso, a partir de un cúmulo
de prerrogativas, máximas, guías y preceptos normativos en virtud de los cuales
este puede alcanzar, progresiva y sistemáticamente, el desarrollo pleno de su
personalidad, en función de la conjunción de sus intereses personales y del
bien común inherente a la convivencia cívica; motivo por el cual, es menester
se afiance un orden normativo-institucional que garantice y permita la
observancia y la efectividad jurídicas de tales postulados y directrices.
Siendo
esto así, un régimen político democrático requiere de un entrecruzamiento o una
concatenación de los principios constitutivos del liberalismo y del comunitarismo,
de acuerdo con lo expuesto por el sociólogo Alain Touraine, en tanto que
resulta crucial el dinamismo, la dialéctica y el dialogismo entre los diversos
sectores de la esfera público-estatal, la esfera social y la esfera privada.